![]()
Lola Jattin Más allá de la noche que titila en la infancia Más allá incluso de mi primer recuerdo Está Lola - mi madre - frente a un escaparate empolvándose el rostro y arreglándose el pelo Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte y está enamorada de Joaquín Pablo - mi viejo - No sabe que en su vientre me oculto para cuando necesite su fuerte vida la fuerza de la mía Más allá de estas lágrimas que corren en mi cara de su dolor inmenso como una puñalada está Lola - la muerta - aún vibrante y viva sentada en un balcón mirando los luceros cuando la brisa de la ciénaga le desarregla y el pelo y ella se lo vuelve a peinar con algo de pereza y placer concertados Más allá de este instante que pasó y que no vuelve estoy oculto yo en el fluir de un tiempo que me lleva muy lejos y que ahora presiento Más allá de este verso que me mata en secreto está la vejez - la muerte - el tiempo incansable cuando los dos recuerdos: el de mi madre y el mío sean sólo un recuerdo solo: este verso
Qué te vas a acordar Isabel... Qué te vas a acordar Isabel de la rayuela bajo el mamoncillo de tu patio de las muñecas de trapo que eran nuestros hijos de la baranda donde llegaban los barcos de La Habana cargados de... Cuando tenías los ojos dorados como pluma de pavo real y las faldas manchadas de mango Qué va tú no te acuerdas En cambio yo no lo notaste hoy no te han contado Sigo tirándole piedrecillas al cielo buscando un lugar donde posar sin mucha fatiga el pie Haciendo y deshaciendo figuras en la piel de la tierra y mis hijos son de trapo y mis sueños de trapo y sigojugando a las muñecas bajo los reflectores del escenario Isabel ojos de pavo real ahora que tienes cinco hijos con el alcalde y te pasea por el pueblo un chofer endomingado ahora que usas anteojos cuando nos vemos me tiras un "qué hay de tu vida" frío e impersonal Como si yo tuviera de eso
Conjuro Los habitantes de mi aldea dicen que soy un hombre despreciable y peligroso Y no andan muy equivocados
Despreciable y Peligroso Eso ha hecho de mí la poesía y el amor
Señores habitantes Tranquilos que sólo a mí suelo hacer daño Ella se lamenta Me hubiera gustado ser varón para poseerte Para darnos trompadas en señal de ternura y de fidelidad Para ponerme las botas de capataz y cabalgarte desnudo Para amenazarle con un revólver
Pero yo Una mujer Una simple mujer ¿Qué puede hacer de memorable en la prosecución de un amor?
Casi obsceno Si quisieras oír lo que me digo en la almohada el rubor de tu rostro sería la recompensa Son palabras tan íntimas como mi propia carne que padece el dolor de tu implacable recuerdo
Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un día? Me digo: Besaría esa boca lentamente hasta volverla roja Y en tu sexo el milagro de una mano que baja en el momento más inesperado y como por azar lo toca con ese fervor que inspira lo sagrado
No soy malvado trato de enamorarte intento ser sincero con lo enfermo que estoy y entrar en el maleficio de tu cuerpo como un río que teme al mar, pero siempre muere en él. Abuela Oriental A esa abuela ensoñada venida de Constantinopla A esa mujer malvada que me esquilmaba el pan A ese monstruo mitológico con un vientre crecido como una calabaza gigante Yo la odié en niñez
Y sin embargo vuelve en esta noche aciaga con algo de hermosura Por algo se dice que con el tiempo uno perdona casi todo
Vuelve con sus cicatrices en el alma de fugada de un harén con sus "mierda" en árabe y en español Con su soledad en esos dos idiomas Y ese vago destello ' en su espalda de alta espiga de Siria Desencuentros Ah desdichados padres Cuánto desengaño trajo a su noble vejez el hijo menor el más inteligente En vez de abogado respetable marihuano conocido En vez del esposo amante un solterón precavido En vez de hijos unos menesterosos poemas ¿Qué pecado tremendo está purgando ese honrado par de viejos? ¿Innombrable? Lo cierto es que el padre le habló en su niñez de libertad De que Honoré de Balzac era un hombre notable De la Canción de la vida profunda Sin darse cuenta de lo que estaba cometiendo La hamaca nuestra Ven hasta la hamaca donde escribí el libro dedicado a tu sagrada presencia Ella me recuerda toda esa soledad que dormí en ella Todos esos gestos de mi alma persiguiéndole el vuelo a las palabras que grabaran en un tiempo menos frágil la lluvia de tus lágrimas El reposo soñado en tu pecho. La mañana eternamente memorable de nuestras manos enlazadas en medio del tumulto
En el vientre de esa hamaca recosté mi cansancio de la vida Acuñé dolores Me defendí de la canícula Y soñé: Tú venías en medio de la noche a consolarme y eso dije Escribía un poema que preservara tu memoria y eso hice Desatar mis alas tristes y lloré
Tiéndete que yo te meceré para refrescarte si te es posible duerme Que yo velaré El agresor oculto Me envenenó la vida Me sustrajo de mi movimiento natural y me entregó a las sombras de los amores no correspondido Me trastocó los sueños metiéndose como un conspirador entre sus grietas Desempolvó recuerdos que hablaban de partidas y de adioses Mientras tanto mi alma acostumbrada a la desgracia lo veía hacer como un condenado que presencia el levantamiento del patíbulo
![]() E-mail: Universidad de Córdoba, Montería, Colombia WEB MANAGER © E-mail: webmger@unicordoba.edu.co
Página diseñada y actualizada por ©Carlos Crismatt Mouthon
|