Pieza de orfebrería zoomorfa de la cultura Zenú
Secretaría de Cultura de Córdoba - Colombia - Sur América

 
 
El Sombrero Vueltiao del Sinú

Reina del Folclor 1997
Lida Cabrales Ferrer
Reina Nacional del Folclor
1997
Sombrero Vueltiao Sinuano
Acrílico sobre fibra de coco, de Erasmo Lagares
©Carlos Crismatt Mouthon


Galería del Sombrero Vueltiao del Sinú.
Andrés Pastrana, Sofía Vergara, Bill Clinton, Happy Lora, Fernando Botero, Alejo Durán, Adriana Ricardo, Enrique Peñalosa, Pablito Flórez, El Goyo, Benjamín Puche, Poncho Zuleta, Carlos Muñoz, Andrés Landeros, Moisés Angulo, India Zenú, Mickey, Humberto Caiaffa, Jaime Valencia, Pepe Sánchez y Talía Bejarano.
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El nombre científico de la Caña Flecha, con la que se elabora el Sombrero Vueltiao, aparece distinto en cada uno de los textos transcritos en la presente página, de los que respetamos su ortografía original. Como orientación a los visitantes, consignamos que según el libro Plantas Útiles de Colombia del profesor Enrique Pérez Arbeláez (Editorial Víctor Hugo, Medellín, 1990), el nombre científico correcto de la Caña Flecha es Gynerium sagittatum (Aubl.) Beauv.


Pilar Moreno de Angel. Antonio de la Torre y Miranda Viajero y Poblador. Planeta. Santafe de Bogotá. 1993. p.38.

"Cuando don Antonio de la Torre y Miranda realizó su misión congregadora en la zona, ya había desaparecido la tradición de los hábitos orfebres que habían realizado piezas de gran calidad artística.

En cambio sí estaba latente una herencia cultural en artesanías de otro tipo. Se pueden citar algunas de estas actividades que se han mantenido en el tiempo y que actualmente forman una de las bases de la economía familiar en los pueblos costeños colombianos.

El célebre sombrero vueltiao o sinuano, el cual se usaba desde antes de la conquista española. Elaborado por los indígenas zenúes que habitaban en las cercanías de la ciénaga de Momil en el bajo Sinú. En el Museo del Oro en Bogotá, se encuentran figuras en oro de la cultura Sinú, que muestran personas luciendo en sus cabezas sombreros o diademas de este estilo. Se fabrica utilizando la cañaflecha (gynerun sagittatum), la cual se blanquea con sustancias vegetales. Las franjas oscuras se elaboran teñidas con hojas bija o achiote (bixa orellana); a continuación se meten entre barro con otras hojas y se vuelven a lavar con bija."


Guillermo Valencia Salgado (Compae Goyo). Córdoba Su Gente Su Folclor. Casa de la Cultura. Montería. 1987. p.146.

"En el municipio de San Andrés de Sotavento se realiza el Festival del Sombrero Vueltiao, o Zenú, como dice Benjamín Puche Villadiego.

Casi todas la poblaciones de este municipio elaboran sombreros y otros objetos con la caña flecha (Gynerium sagitarum). La hoja de esta gramínea suministra la materia prima para la confección del sombrero de fibra blanda: sombrero vueltiao. El sanandresano manufactura varias clases de sombreros. El quinciano, el diecinueve, el veintiuno y el veintitrés. Esta diferencia hace relación a la fineza de la trenza, a la destreza manual y a la experiencia tradicional de estos artesanos indígenas cuya cultura responde a un mestizaje Zenú-Cunas."

El Compae Goyo
El Compae Goyo
Escritor, escultor y folclorólogo


Roger Serpa Espinosa. Los Zenúes. Secretaría de Cultura de Córdoba. Montería. 2000. pp. 123-137.

Origen de la trenza:

Algunos investigadores suponen que la trenza del sombrero vueltiao evolucionó de la cestería, que a su vez se dearrolló plenamente como secuela del domesticación del maíz, al igual que la cerámica (1).

La cestería aportó los canastos, balayes y chocoés de gran utilidad en la siembra, recolección y beneficio del apreciado grano.

Es de presumir que de los bejucos, napas, cepas y majaguas de cierta rigidez se pasó a la tejeduría con fibras blandas y flexibles de palmas y gramíneas. Entre estas últimas la caña flecha, de donde se obtienen los filamentos con los que se hace el trenzado del sombrero.

La Caña flecha:

La caña flecha es una gramínea tropical aborigen, que en terrenos bajos de composición arcillosa y arenosa adquiere su mayor crecimiento, desarrollo y propagación.

El campesino le da varios usos: el tallo después de florecer la planta se emplea para cercar las casas; la espiga de la inflorescencia para flechas de pescar; la panoja como elemento ornamental casero al natural o teñida de vivos colores; de las hojas se aprovecha la nervadura central para obtener la fibra para la trenza del sombrero, y su bagazo se da como forraje a las bestias cuando escasea el pasto. Algunos le atribuyen insospechadas cualidades medicinales diuréticas.

La caña flecha (Gynerium Sagitatum) se cultiva en el resguardo de San Andrés de Sotavento con sistemas tradicionales y empíricos en la zona noroeste, en las veredas de Roma, Costa Rica y el Delirio en un área de 250 hectáreas aproximandamente. También hay pequeños lotes en Los Vidales, Tuchín y otros parajes.

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Se conocen tres variedades de gramínea:

  • La criolla, que da una fibra blanca, flexible y de buena calidad, especial para elaborar las trenzas finas.
  • La martinera, cuya fibra es quebradiza y de inferior calidad, empleada para fabricar sombreros ordinarios.
  • La costera, de regular calidad, pero poco cultivada en la zona.
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Obtención y teñida de la fibra.

Se separa la nervadura central del resto de la lámina de la hoja. Luego se raspa o se cepilla la nervadura haciéndola pasar varias veces por el filo de un cuchillo pequeño o "puntilla", presionando sobre una banda de cuero o llanta que el campesino amarra a su muslo, hasta eliminar completamente el verdín. Una vez pulida se clasifica: las que están bien limpias se destinan como fibras blancas. Se asolean hasta lograr una completa deshidratación. Si es para una trenza fina es necesario someterlas a cocción de agua de caña agria (Costus Spicatas), de limón y naranja agria, para evitar que se manchen.

Las fibras manchadas y veteadas se echan en una olla con barro, agua, frutas de dividivi (Dividivi Coreara), jagua (Genipa americana, L) y conchas o bacotas de plátano verde (Musa sapientum) durante tres días mínimo, lavándolas cada día con agua limpia y se hierven en agua con bija o limpiadiente (Arrhabidea Chica, Verlot) para que fije el color.

La fibras blancas se "ripian" para obtener filamentos menos anchos denominados "pencas", siendo las más delgadas para trenzas finas (19, 21, 23, 25, 27). Las fibras negras han sido "ripiadas" previa la "negriada".

Estructura de la trenza.

La trenza se forma con un número impar de conjuntos de pencas blancas y negras llamadas "pares" o "píes". Esta trama es fundamental para identificar y denominar las diferentes trenzas y calidades de sombreros: 7 pares, "Lica"; de 11, "Pacotilla"; de 15, "Quinciana"; de 19, de 21, de 23, de 27... Siendo más fina la de mayor número de pares de pencas.

Es difícil distinguir y caracterizar con acierto una trenza de otra. La quinciana se hace con penquitas más anchas y más gruesas y su tejido es uniforme y continuo en su anchura.

Para las trenzas finas se requiere que la fibra o "palma" sea procesada por segunda vez: se mete en agua limpia durante media hora y se vuelve a raspar; luego se "ripian" lo más delgada posible (un milímetro aproximadamente) y se trenza igualmente fino. No todos saben hacerlo. Es un oficio dispendioso ("que cansa mucho el 'celebro' y 'esmolla' la vista"), que requiere concentración, esmero, destreza y paciencia.

El tejido de la trenza 19 presenta en su anchura tres secciones claramente demarcadas por dos cordones: ds laterales y una central. En la 21, el tejido está dividido en dos segmentos en su anchura por un cordón o "vena": la superior es más amplia que la inferior y la 23, es de estructura similar a la 19, varían en la finura y número de las pencas.

Benjamín Puche Villadiego, en la noche del 19 de julio de 1968, a la luz de un mechón, en Boca del Monte (Chinú), propició el nacimiento de la Fórmula Matemática de la trenza. Veámos:

2 (N + 1) + 1 = X

"En donde N es el número de rombos al través de la trenza y X es el número de pares de fibras de la trenza..."

En su obra "El sombrero vueltiao Zenú"(2) Puche Villadiego se pregunta "¿Cómo se aplica la fórmula de las trenza?", a lo cual responde:

"Para determinar el número de la trenza se cuentan los espacios, rombos o pies entre borde y borde de la trenza, que como se ha dicho, siempre es par, siguiendo la serie de los números naturales a partir de dos (2) de modo que "N" sea ocupada por los valores: 2, 4, 6, 8, 10... También puede ser ocupada por los impares: 7 y 9, para dar las trenzas: 17 y 21..."

"Recíprocamente los valores de la trenza siguen una serie aritmética cuyo primer término es 7 y la razón es 4, de manera que la serie queda como sigue: 7, 11, 15, 19, 23".

2 (N + 1) + 1 = X

2 (0 + 1) + 1 = 3
2 (2 + 1) + 1 = 7
2 (4 + 1) + 1 = 11
2 (6 + 1) + 1 = 15
2 (8 + 1) + 1 = 19
2 (10 + 1) + 1 = 23

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Las pintas:

El sombrero vueltiao se distingue, precisamente, por la armoniosa combinación de fibras blancas y negras dando origen a figuras de carácter geométrico llamdas "pintas", que simbolizan elementos religiosos y totémicos de la milenaria cultura Zenú.

En un principio las pintas identificaban al trenzador, a su familia o al clan. Hoy son de dominio público y muchas tienden a desparecer, conservándose sólo los más fáciles de hacer y otras nuevas producto de la inventiva de los trenzadores.

El nombre de cada pinta se asimila a su representación y denuncia un profundo contenido filosófico, simbólico y cultural. Veamos: la flor de la cocorilla, el ojo de la sardina, el diente del ñeque, el peine grande y el chiquito, la mariposa, la araña, el pechito del grillo, el atravesao, el diente del burro, las que brillan, el corazón del abanico, el pilón, el piloncito, el grano de arroz, el lobo, la mano del gato, la cruz grande y la chiquita, el ojo del gallo, la pata de la rana, el cinco ojos, la pisada del perro, la banqueta, el ojo de la vaca, el ojo del chauchau, el espolón o espinazo del pesca'o, la cocá, la flor del limón, la hoja de Santa Lucía, los mambos, el ojito de pesca'o, la palma de coco, el morrocoy, la Marucha y la Maruchita, el ojo del buey y muchas más.

Costura:

Antes los sombreros se cosían a mano, con aguja e hilo de maguey. Era labor de hombres. Luego se empleó el hilo de bola. Hoy se cosen en máquinas de coser sencillas, con hilo de cartucho y de nailon. Se usa el blanco y el negro armonizando con el color de la trenza.

Actualmente cosen indiscriminadamente mujeres y hombres. Pero la proporción de éstos últimos es mayor. Son raros los que cosen sombreros finos. El mayor número de talleres de costura se concentra en Tuchín, hasta donde los tejedores llevan sus trenzas, teniendo que pagar por la costura, según sus vueltas y calidades.

Partes del sombrero:

En un sombrero 19 de 12 vueltas podemos distinguir las siguientes partes:

  • La plantilla: Que se inicia con la horma o botón y que es un octágono saraviado. Después vienen siete vueltas: blanca, negra, peine, negra, blanca, quiebranegra y la vuelta de copa, de color blanco.
  • La encopadura: Con cinco vueltas. Cuatro con pintas acotejadas y la vuelta de copa que es blanca.
  • El ala: Con 21 vueltas: quiebranegra (dos vueltas), fondo blanco (dos vueltas), negra, blanca, negra, "vueltaelmedio" (con peine y/o pintas), negra, blanca, negra, "vueltaúltima" (con peine y/o pintas).
  • El ribete: Es la vuelta de remate del sombrero y es una trenza negra de 11 pies.
Quiénes trenzan?

Casi todos los miembros de la familia participan en la elaboración del sombrero, desde los niños de seis y siete años hasta los ancianos.

Esla mujer la que mayor tiempo le dedica a la elaboración de la trenza, ya que el hombre debe estar pendiente también de los cultivos y de otros oficios y ocupaciones, pero algunos se destacan por el trenzado fino.

Para analizar la división del trabajo familiar es conveniente tener en cuentas las partes del sombrero. La vueltas de la plantilla es responsabilidad de los jóvenes; las vueltas de la encopadura, por se las pintadas, es tarea exclusiva de los más expertos y diestros; las vueltas del ala, también de los jóvenes; y el ribete de los niños, incluso menores de siete años.

La transmisión del oficio se hace desde la más tierna infancia y son las madres y las abuelas las que mayor esmero y tiempo le dedican. Pero hemos notado la tendencia de muchos jóvenes de preferir otros oficios más remunerativos.

Marcada del sombrero:

La costumbre de hacer marcar los sombreros no es reciente, viene de muchos años atrás. Según testimonio de algunos informantes parece ser que las letras se elaboraban directamente en la trenza, como si fuesen unas pintas más, lo que requería extraordinaria creatividad y precisión, ya que al coser el sombrero el distintivo debía ocupar la parte frontal de la "vueltaúltima".

Esta pericia era un don exclusivo de pocos trenzadores, como sigue siendo hoy en día, con la diferencia que la marcada se hace después de confeccionado el sombrero. Para ello se procede de la siguiente manera:

  • Se suelta la parte frontal de la "vueltaúltima" (recordemos que debe llevar peine y/o pinta) y se corta con unas tijeras el pedazo donde se insertará la neuva nueva fracción de trenza con el nombre del usuario.
  • En el extremo derecho de la "vueltaúltima" se empatan pares de fibras (blancas y negras) de acuerdo con la calidad de la trenza (quinciana, 19, 21, 23, 25 y 27), y se procede al tejido de la las letras y números hasta empatar con el extremo izquierdo.
Según la calidad de la trenza las letras se forman en su anchura con un número determinado de puntos. Así, si es quinciana será de cinco puntos; la de 19, de siete puntos; la 21, 23, 25 y 27 de nueve puntos cada una.
  • Finalmente se vuelve a coser la trenza.

1. Benjamín Puche Villadiego. El sombrero vueltiao Zenú. Barranquilla. Costagráficas Yepes. 1996. pp. 11-14.
2, Benjamín Puche Villadiego. op. cit. pp. 20-23.
Albio Martínez Simanca. Córdoba Escudos Bandera Himnos Logosímbolos. Fincor. Montería. 1986. pp. 43-44.

"Junto al boxeo, el café y el ciclismo, el sombrero vueltiao Zenú se ha convertido en un símbolo nacional que expresa la creatividad artística del hombre colombiano. El sombrero vueltiao es una manifestación cultural de la antigua comunidad indígena Zenú, cuyos últimos reductos tienen sus asiento en las sabanas de Córdoba y Sucre, fundamentalmente en las poblaciones de Tuchín, Cerro Vidales, El Campano, Sampués, Chinú, La Cruz del Guayabo, Villanueva y Comején entre otras. Su orígen se remonta a la llegada del maíz desde México y mesoamérica.

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Para elaborar el sombrero, se utiliza como materia prima la fibra sacada de las hojas de la gramínea llamada Caña Flecha (Gyenerium Sagitatum). La nervadura central se aisla del resto del limbo mediante el raspado. Estas fibras se seleccionan, de tal forma que algunas son sometidas al proceso de teñido en barro alcalino y cocción con leguminosas ricas en grupos cromoforos hasta conseguir el color negro.3 Con los pares blancos y negros se elabora la trenza, la que se distingue por la armoniosa combinación en la obtención de figuras geométricas que simbolizan elementos religiosos y totémicos de la cultura Zenú.


2. Puche Villadiego Benjamín. El Sombrero Vueltiao Zenú, (Montería 1983), 13. Este investigador dedujo la fórmula 2(N+1)+1=X que rige la identificación de la trenza del sombrero. N es el número de rombos a través de la trenza y sobre la zona de dibujo, X es el número de pares de fibras de la trenza. Los valores que toma X en la sucesión se adoptan como nomenclatura empírica en el mercado del sombrero: Para X=15 (quinciano); para X=19 (diecinueve), etc. Al sombrero se le denomina Vueltiao por las vueltas que da la trenza."
3. Ibid. p.14.


Córdoba - Colombia - Guía Turística. Oficina de Fomento y Turismo de Córdoba. Mayr & Cabal. 1987. p.27.

"El "sombrero vueltiao" es sin duda la artesanía por excelencia de Córdoba (también del vecino departamento de Sucre) y uno de los símbolos populares más conocidos de Colombia. En él se aprecian claramente sus orígenes precolombinos y por ello no resulta extraño que su principal zona de producción sea el resguardo indígena Zenú de San Andrés de Sotavento (en corregimientos como Tuchín, Los Vidales, Bellavista, El Contento, La Cruz del Guayabo y Comején).

La trenza del sombrero se originó hace muchos siglos en las labores de cestería aborigen y la materia prima con la que se confecciona es la "caña flecha", planta autóctona de la que en varias partes de Córdoba hay cultivos de cientos de hectáreas. Luego de un complejo proceso de raspado, pulimento, clasificación, deshidratación, cocción y coloración de las fibras, los artesanos proceden a trenzar el "vueltiao", combinando de manera armónica las fibras negras y blancas para formar figuras geométricas ("pintas"), las cuales simbolizan elementos totémicos de la cultura Sinú y llevan nombres pintorescos como "flor de cocorilla", "ojo de sardina", "mariposa", "granito de arroz", "flor de limón", "corazón de abanico" etc. La calidad de los sombreros se determina por la cantidad de "pares" de fibra que se empleen en su fabricación. Así, los hay de 7, 11, 15, 19, 21 y hasta 27 pares."


Augusto Amador Soto. Cultura del Porro. Su Identidad Folclórica. Grafisinú, 1997. pp. 195-200.

Hace parte de las manualidades de estas regiones y encabeza nuestras "Artesanías"; identifica plenamente al cordobés y al sucreño.

Es una necesidad y una ornamentación para el hombre trabajador de estas tierras. Nació de la necesidad de protegerse de los ardientes rayos del sol en las labores de campo.

Inicialmente el sombrero vueltiao era de un solo color, blanco crema; le decían "Sombrero de vueltas". o "sombrero Indiano". El sol y la lluvia lo familiarizaron con el campo, especialmente en la "Vaquería". Luego evoluciona y aparece el color negro, perfeccionando su trenzado.

Augusto Amador Soto
Augusto Amador Soto
Periodista, locutor y folclorólogo
Hoy en día el sombrero vueltiao recorre todos los estratos sociales. desde el más humilde campesino, el ganadero, el comerciante, el político, el diplomático, el dirigente nacional, hasta los ministros y el presidente de la república cuando llegan a esta geografía.

Los términos "De vueltas", "Vueltiao", vienen del recorrido en espiral que hace la trenza en su constitución. Lo de "Indiano" por ser de origen indio. La costumbre de llamarle "Indio" al nativo se refleja en su trabajo. "Sombrero Indiano" se deriva de la manufactura indígena" ; hoy los estudiosos del Folclor le han colocado otro nombre "Sombrero Zenú" en honor a la raza "Zenú", aglutinante de los tres imperios: "Finzenú", "Panzenú" y "Zenúfana". Las zonas de donde sale el sombrero vueltiao, San Andrés, Tuchín, Carretos, Sampués, hacen parte de "Finzenú" considerado el más desarrollado de los tres.

De Qué se Fabrica el Sombrero Vueltiao

De la hoja de la Caña Flecha mediante el "Trenzado" de su fibra.

Se toma la hoja de la Caña Flecha criolla; se le saca la nervadura, se raspa con un cuchillo hasta obtener una fibra limpia; se pone a secar al sol, luego se cocina para darle consistencia y elasticidad. En el cocimiento se utiliza la caña agria, naranja agria y limón. Logrado ese tratamiento se clasifican las fibras blancas y las oscuras. Las manchadas se alcalinizan en el barro para darle la base, y finalmente se tiñen con barro negro, jagua, hoyeto, bija y hoy día se está aplicando dividivi.

Ese proceso puede durar tres días, incluyendo el secado natural.

La Trenza

Viene el trabajo para obtener la fibra; de la "Nepa" ordinaria salen las fibras para el sombrero de menor calidad, y de la fina, consistentes y flexibles, salen las del sombrero fino. Con las fibras ordinarias que no resisten mayor división, se confecciona la trenza de quince pares correspondiente a treinta fibras; es el sombrero "Quinceano". Si a la encopadura se le logra incluir un trenzado mejorado saldrá el sombrero "Quinceano Cotejao" o "Machi-hembriao", que ya se vende por un mejor precio. Los comerciantes inescrupulosos al descuido lo meten por diez y nueve.

Con la "nepa" más fina se logran fibras más finas colocando 19 fibras encima y 19 abajo para un total de treinta y ocho fibras (38); a ese sombrero se le llama "Diez y Nueve"; colocando en el trenzado las cuarenta y dos fibras (42), veintiuna arriba y veintiuna abajo, sale el sombrero "Veintiuno", el más fino y el más costoso.

Hoy en día se está hablando de sombreros "veintitres" y "veintisiete", pero si se mira con detenimiento el tejido. se da uno cuenta que es muy dificil colocar en una trenza cuarenta y seis fibras, y peor todavía cincuenta y cuatro. Dejaria de ser fibra y se convertiría en hilo. Yo pienso que el tejido más fino en la caña flecha puede alcanzar al sombrero "Veintiuno". Este sombrero se presta para ser doblado, reducido su tamaño para cargarlo en cualquier espacio. Al momento de soltarlo vuelve a su tamaño y forma inicial. Eso indica su calidad.

Partes de un Sombrero Vueltiao

La Plantilla

Empieza en lo alto del sombrero con un botón tejido en diferentes figuras concéntricas; es el centro superior, el "cogollito" del sombrero, la horma o molde.

A partir de la plantilla siguen bajando las vueltas alternando los colores, blancos y negros, hasta la vuelta de copa que es blanca.

La Copa o Encopadura

Tiene la forma de la cabeza; baja hasta el ala. Cuatro vueltas con pintas geométricas hasta la quinta final que debe ser blanca. Es la encargada de proteger la cabeza del humano. El campesino malicioso relaciona esta parte del sombrero con la cabeza del pene, por lo que, atacado por sus compañeros por una chanza pesada responde con una frase de reproche "¡La Copa!".

El Ala

Abre la configuración del sombrero a partir de la encopadura; tiene un promedio de doce vueltas. Hay sombreros mas alones que otros. El Sabanero, especialmente los montadores de caballo, gozan con el sonbrero alón y le colocan un cordón negro que lo sostiene de la barba, llamado "Barbuquejo o Barboquejo"

El Ala arranca con una vuelta negra, alternando los dos colores hasta llegar al Ribete.

El Ribete

Es la parte final del sombrero vueltiao. Contra él se estrella todo el trabajo por lo que se utiliza una trenza reforzada color negro. Con el ribete se modela el sombrero. El trenzador de Tuchín es experto en aplicarle eslasticidad al ribete ; esa elasticidad es lo que permite darle la expresión que uno quiera. De esa expresión sale la identificación del caballero que lo lleva. Ahí se conoce al hombre "piquetero", al hazañoso; antes de ponerse su sombrero, primero lo horma dándole la expresión de su forma de ser.

En cambio, el sombrero sampuesano saca un ribete demasiado fijo, poco dócil para darle esa expresión; tiene forma de totuma.

Para unir las trenzas entre sí, el artesano utiliza una máquina de coser de esas de pedal Singer. El trabajo de coser el sombrero, o unir el trenzado es lento y cuidadoso.

La Correa del Sombrero Vueltiao

Es un adorno picaresco que se constituye en el acabado del sombrero. Es una correita corta del ancho de la trenza, hecha de charol en fondo negro con vivos blancos entrelazados, terminando con una hebillita para cinchar o aflojar la encopadura.

Con esa correita se adapta la copa del sombrero al tamaño de la cabeza del usuario. También puede ser esa correita de color marrón, pero le luce más la correa negra con blanco por su afinidad con los colores de la trenza.

El Barbuquejo

O Barboquejo, es un cordón de zapato largo anudado a ambos extremos de la encopadura pasando por la barba para sostener el sombrero. Es de gran utilidad entre los vaqueros y montadores de caballo fino; asegura el sombrero en las velocidades. Por lo general cuando el caballo adquiere velocidad el sombrero se le va a la espalda del montador sosteniéndose del babuquejo que también se baja a la garganta.

Los Dibujos del Trenzado

Son figuras geométricas en rombos, triángulos, rectángulos, pirámides, cilindros. El confeccionador de sombreros nunca ha pensado en geometría para adornar su trabajo. El habla de pintas y las bautiza de acuerdo con el entorno: La flor de azahares, la flor del limón, ojos de Santa Lucía, Cruz Grande, Cruz Chiquita, pecho de tigrillo, la mano del gato, la espina del pescado, la trompa de la babilla, dientes de ñeque, la araña, el ojo de la sardina, pata de rana, huella del perro, huella del tigre, ojo de buey, la pluma de la cocá, y otros.

Colocación del Sombrero

Expresa la costumbre, la idiosincrasia, el origen, el trabajo y la región donde se levantó quien se lo coloca. Lo horma o coteja antes de ponérselo haciendo un quiebre en la parte delantera y uno en la parte posterior.

También puede expresar el sombrero vueltiao el poder económico de quien lo lleva. Un sombrero quinceano identifica al pobre; ya un diez y nueve habla de ricos o de gente de gusto.

El hombre sinuano usa el sombrero jalao en la parte trasera con quiebre en la unión. En la parte delantera. quiebre abajo y alas hacia arriba.

El Sabanero lo usa jalao en la parte trasera pero sin quiebre; le busca la forma de un tubo.

El hombre avispao, dinámico, despierto, usa el sombrero con el frente en alto hacia un lado, como queriendo decir "dispuesto para lo que sea"; el hombre enamorado levanta ambas alas de los lados del sombrero, hay quienes cuando el sombrero pierde la erección de las alas las cosen para que permanezcan levantadas indicando juventud, energía. Las cosen a la encopadura. Una ala levantada y otra baja también es manifestación de hombre enamorado.

Alas abajo en redondo es el prototipo de los ordeñadores, el hombre madrugador. Los garrocheros levantan el ala izquierda del sombrero y le bajan la parte trasera.

En cambio los sacerdotes se colocan el sombrero de cualquier manera, sin expresión; con las alas abiertas, más bien planas. El político de ciudad usa el sombrero con el frente jalao hacia adelante, y el ejecutivo del interior tiende a colocárselo al revés, con la unión hacia adelante.

Hay personas que no resisten ver un sombrero mal colocado, o mal repartido; le piden el sombrero al propietario y se lo acomodan: "Así se usa el sombrero".


 
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