En 1974 es elegido Senador de la República. Reelegido
en 1978. En ese año publica: Mis Pantalones Cortos
(poemas). Al año siguiente: De Pies en la Tierra
(poemas). En el 80, Poemas Nuevos. En el 81, el ensayo
Alejo Durán. En el 82, dos libros: Crónicas
de Vida y Muerte y Solamente Amor (poemas). En el 84,
Apuntes Esenciales.
En marzo del 85 se radica en Montería. Forma parte de la
Directiva de la Casa de la Cultura. En 1986 es elegido Presidente
de la Junta Regional de Cultura. En 1987 es seleccionado entre
los escritores de Córdoba para ser homenajeado en la
Primera Feria Internacional del Libro en Bogotá. En 1988
publica: Poemas Finales. En 1989, El Principio de Algunas
Cosas (relatos). En 1990, En el Valle de las Tempestades
(poemas). Pertenece al Grupo El Túnel, de Montería.
Contraportada
José Manuel Vergara Contreras
Poeta inmerso en el Río de la Historia
En La Patria Boba, su inquietante poemario, se produce una relación
profunda entre la poesía y la historia. Una relación
obvia, natural, en tanto que ambas son frutos eternos de las entrañas
del hombre.
Antes que sus amores o los espectros de la soledad, el hombre
relató su historia a través de la poesía.
El destino mayor de la poesía es ese, cantar los sucesos
que hacen la vida. No obstante, en lapsos prolongados, el poeta
pierde los caminos y se queda embelesado con su sombra.
La poesía es relato, desde siempre. Su enorme trabajo
en las manos de los pueblos, ha sido guiarlos y cantar los prodigios
colectivos. Por eso celebro que tu poesía, rula en mano,
se eche a la aventura de abrir trochas y espacios claros en la
abrupta historia de América.
Se siente que el verso trepida a veces. Y no es para menos. El
discurrir de los pueblos de este continente es un remolino, como
si la lógica perdiese su tiempo por estos lares.
No es fácil, el mundo americano, el verdadero, subyace
a la falsa historia, a miles de metros de profundidad.
Además de la rula que hace caminos, se necesita una terca
visión del alma de estos pueblos, que parecen perdidos
en sueños de horror.
Cuando tocas la felicidad perdida "Pero un día el
mar los traicionó", se levanta el telón del
torvo golpe a la utopía.
En adelante la historia es sometida a un duro juicio en el banquillo
de tus poemas..
Eduardo Pastrana Rodríguez
Cali, 1992
Poema:
Inquieta
Impetuosa
Arrebatada
Corazón de volcán en erupción
Renunció a su condición de esposa
para ser la amante de Bolívar
Oh "amable loca"
"Libertadora del Libertador"
Fuiste pesadilla muchas veces
pero también ángel de la guarda
Sin tu roce, quemante
y la devoción de tus cuidados
hubiera muerto en Pativilca
o en manos de los lanudos
¡Nunca te olvidarán los puritanos!